Cuando se producen y distribuyen alimentos y bebidas uno de los aspectos fundamentales es la inocuidad alimentaria. Pero ¿qué es?
La inocuidad alimentaria se trata de los riesgos posibles que se asocian a los alimentos (FAO, s.f.). Por ende, este término incluye aquellas medidas y condiciones que deben considerarse durante (Ministerio de Salud y Protección Social, s.f.):
· Producción.
· Almacenamiento.
· Distribución.
· Preparación de alimentos.
De ese modo, se garantiza que cuando se ingieran no representen ningún riesgo para la salud y cuenten con la calidad esperada.
En este artículo le explicamos qué es, por qué es importante y su relevancia en la industria de la panadería.
Nada más y nada menos que la vida e integridad de las personas. Por eso, es fundamental que tanto productores como distribuidores no pierdan de vista las buenas prácticas de seguridad alimentaria.
Y es que, según cifras de las Naciones Unidas, los alimentos no inocuos causan más de 600 millones de casos de enfermedades al año (UN, 2023). Es tan importante la necesidad de tomar consciencia sobre este tema que el 7 de junio se conmemora el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos.
Lo anterior indica que, en la industria de alimentos y bebidas, es una prioridad mitigar estos riesgos.
En la industria de la panadería hay importantes preocupaciones en torno a los huevos, la mantequilla y la leche. Esto se debe a que hay una gran posibilidad de que crezcan bacterias. Lo anterior puede ocasionar un daño en los alimentos y, por consiguiente, una intoxicación (The Food Safety, s.f.).
Por tal razón, queremos mostrarle algunas buenas prácticas para promover la inocuidad alimentaria.
Primero que nada, en esta industria hay que considerar tres aspectos: la contaminación física, el control inadecuado de alérgenos y la acrilamida. Veámoslos en detalle (The Food Safety, s.f.).
La contaminación física sucede cuando algún objeto externo ingresa al producto. Por ejemplo, una joya, un pedazo de algo o cabello. Esto sucede durante el proceso de producción. Para evitarlo, se puede:
· Utilizar ropa protectora en el área de producción.
· Prohibir el uso de joyas, uñas postizas o pestañas.
· Eliminar o limitar el uso de vidrio, cerámica o materiales que se rompan.
· Hacer mantenimiento frecuente a los equipos de producción.
· Controlar la presencia de metales en productos terminados.
En cuanto al control de alérgenos, existen 14. Por eso, se debe tener máximo cuidado. Así que, si se va a hacer uso de esto debe asegurarse de:
1. Mantenerlas en un área especial de almacenamiento para evitar contaminación.
2. Limpiar muy bien el área antes de usar otro producto.
Y, finalmente, la acrilamida. Esta sustancia química se forma en productos con almidón cocinados a 120 °C o más. Por eso, se debe revisar que no se sobrepasen los niveles seguros.
Entre ellas se encuentra la cadena de suministro. Esta involucra la validación de acreditación de los proveedores y sistema para recepción de stock. Es decir, integridad de embalaje, temperatura adecuada, etc.
Los almacenes secos, congeladores o vitrinas son fundamentales para evitar cualquier contaminación. Por eso, deben revisarse periódicamente. También, es importante capacitar al personal sobre el manejo adecuado de productos y procesos.
Y, por último, promover la simplicidad de informes y registros. Así, se puede actuar a tiempo para evitar situaciones desafortunadas (National Baking Industry Association, s.f.).
En resumen, implementar la inocuidad alimentaria es clave para salvaguardar la seguridad y calidad de los productos. Y, a su vez, favorecer la confianza del cliente, aumentar la productividad y disminuir las pérdidas económicas.